" La declaración ante el juez del imputado impúdico
Se trataba de un joven que había sido detenido acusado de agresiones sexuales a menores. En los calobozos no hacía nada más que asegurar que su arresto había sido un error, que era inocente y que él no había cometido los hechos que le atribuían. El joven, al parecer y según cuenta de estética cani, fue conducido ante la juez de guardia para prestar declaración sobre los hechos. La magistrada comenzó a leerle la imputación que pesaba sobre él.
--Está aquí para declarar en relación con unos hechos que ocurrieron tal día cuando usted abordó a una menor, le bajó las bragas y le hizo tocamientos --dijo la juez.
--Al día siguiente cogió a otra menor y también por el mismo método le agredió sexualmente.
De buenas a primeras la juez comenzó a gritar:
--¡Guarro! ¡Guarro! ¡sinvergüenza!
El fiscal y los abogados presentes en el despacho de la juez no acertaba a ver qué estaba ocurriendo hasta que, de buenas a primeras, giraron la vista hacia el joven imputado quien estaba tocándose sus órganos sexuales, por encima del pantalón, y acompañando la maniobra con gestos de placer.
La juez ordenó que le expulsaran del despacho y, en ese momento, todos los presentes observaron el deseo de forma prominente en los pantalones. Dicen los que lo presenciaron que se trataba del efecto tienda de campaña...
BUENO, ¿ES QUE NO ESTABA PRESENTE EL SECRETARIO JUDICIALMuy fuerte las cosas que ocurren en nuestros juzgados de guardia y que tienen que soportar los jueces, fiscales y abogados. ¿No creen? La anécdota es totalmente verídica, como diría aquel maestro del humor.
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O ES QUE PARA ÉL NO ERA FUERTE ESA COSA QUE OCURRIÓ EN
DETERMINADO JUZGADO DE GUARDIA?