Mira que es curioso. En Gijón les falta papel y en la villa asturiana en la que trabajo nos mandaron tantas carretas y carretillas que en algún momento no sabíamos ya donde apilarlo.
Son los problemas de vivir en un período mixto entre el burocrásico y el electrozoico, aunque todavía más cerca del primero que del segundo.
Pero como dicen las abuelas, más vale que sobre que no que falte
