Un juez establece un régimen de custodia diferenciado para cada hijo atendiendo al principio del interés de los menores y a la diferente etapa evolutiva de uno y otro.
«Verás maltratados los inocentes, perdonados los culpados, menospreciados los buenos, honrados y sublimados los malos; verás los pobres y humildes abatidos y poder más en todos los negocios el favor que la virtud». Fray Luís de Granada.