si es que es verdad, parece una coña.
Si lo ha escrito él mismo, es muy triste.
Si lo ha escrito otro, es mucho más triste todavía.
Y luego nos quejamos de que nos vaya mal, unos enamorados, el graciosete, y hasta yo perdiendo el tiempo y seguro que todos con los juzgados a tope, que país.
DE BOATO JUDICIAL Y OTRAS OPINIONES
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El amor de la pradera
Calla no seas subrrepticio
No te pongas celoso, último invitado, que también te quiero a ti...
Aunque esto no sea el café, vamos a ambientarnos: MUSICA DE LOVE STORY

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Abogado.
último invitado
Bueno lo anterior iba para el penúltimo invitado. Al último... Le digo que yo sólo escribo con mi nick y que también te quiero. No te quejes que con una sonrisa en la cara aumenta la productividad. 

Abogado.
Desde luego no ha sido PipelineR quien ha escrito los elogios. Tal vez lo puede acreditar Administrador. He sido yo, secretario Judicial anónimo, titular, con veinte años de brega, que sabe distinguir a un buen tipo de un mastuerzo. sí , coincido contigo, qué país que traga las críticas más odiosamente personales y es incapaz de lanzar una alabanza o un elogio a quien bien se lo merece.Anonymous escribió:si es que es verdad, parece una coña.
Si lo ha escrito él mismo, es muy triste.
Si lo ha escrito otro, es mucho más triste todavía.
Y luego nos quejamos de que nos vaya mal, unos enamorados, el graciosete, y hasta yo perdiendo el tiempo y seguro que todos con los juzgados a tope, que país.
Salud.
El número de vanidosos que hay dentro de la Administración de Justicia probablemente no tiene parangón con ningún otro sector de la Administración ni de la empresa privada. Quizá sólo se les pueden comparar los políticos. Es penoso contemplar las movidas del personal cuando se hacen reformas en un edificio judicial: casi todos los Jueces exigiendo despachos más grandes, con mejores sillones, las banderas más deslumbrantes, las alfombras más mullidas... peleándose unos con otros por el mobiliario más aparente, birlándose literalmente los muebles mejores, exigiendo meaderos individuales... Siempre con la misma monserga: "es que mi despacho no es digno". Como si la dignidad se midiera por el tamaño del despacho. Cantamañanas revestidos de autoridad de la noche a la mañana. Hay una regla que pocas veces falla, cuanto mejor despacho y mejores muebles, más cantamañanas. Oigase a los arquitectos que intervienen en esas obras. Acaban completamente hartos de las exigencias que les plantean. Obsérvense algunas consecuencias de tanta vanidad: 7 funcionarios en 30 m2 y, al lado, el juez en un despacho de 50 m2.
Las mismas movidas se producen en los actos protocolarios: magistrados, fiscales y jueces birlándose los sillones, todos quieren situarse en el centro del espectáculo, quieren ser la reina de la fiesta, que se les vea bien lo importantes que son, fiestas a las que suelen unirse advenedizos con togas multicolores, reclamando también su espacio y su sillón en el centro o lo más próximo posible a la derecha de dios padre, buscando siempre al encargado de protocolo para decirle que no tiene ni puta idea pues si tuviera idea sabría que él, con su importancia, tendría que estar en el centro.
Fijémonos, también, en el lenguaje hablado y gestual, lenguaje dirigido a exigir reverencia y sumisión: "sáquese usted las manos de los bolsillos", le espeta un majadero con toga a un buen señor que puede ser su padre. Fijémonos en muchas sentencias del TS que empiezan con la frase: "el recurso que ante NOS pende..." Se llaman NOS a ellos mismos, pero no un nos cualquiera sino un NOS con todas las letras en mayúsculas, tratamiento propio de divinidades. Con independencia de lo que les penda a los buenos de los señores, la vanidad que rezuma esa frase entra dentro de lo cómico y ridículo.
Las mismas movidas se producen en los actos protocolarios: magistrados, fiscales y jueces birlándose los sillones, todos quieren situarse en el centro del espectáculo, quieren ser la reina de la fiesta, que se les vea bien lo importantes que son, fiestas a las que suelen unirse advenedizos con togas multicolores, reclamando también su espacio y su sillón en el centro o lo más próximo posible a la derecha de dios padre, buscando siempre al encargado de protocolo para decirle que no tiene ni puta idea pues si tuviera idea sabría que él, con su importancia, tendría que estar en el centro.
Fijémonos, también, en el lenguaje hablado y gestual, lenguaje dirigido a exigir reverencia y sumisión: "sáquese usted las manos de los bolsillos", le espeta un majadero con toga a un buen señor que puede ser su padre. Fijémonos en muchas sentencias del TS que empiezan con la frase: "el recurso que ante NOS pende..." Se llaman NOS a ellos mismos, pero no un nos cualquiera sino un NOS con todas las letras en mayúsculas, tratamiento propio de divinidades. Con independencia de lo que les penda a los buenos de los señores, la vanidad que rezuma esa frase entra dentro de lo cómico y ridículo.