Las asociaciones de jueces han recomentado cumplir los módulos.
Los secretarios estamos como estamos.
Ha habido huelga en la administración de justicia en todas las Comunidades, gobernadas por signos políticos distintos. Con el gobierno de Aznar y con el gobierno de Zapatero.
Ni pacto de la justicia ni "na de na". En materia de justicia no alcanza el aprobado ningún gobierno, ninguno, y lo peor de todo es que nadie parece remediarlo.
Todas estas huelgas tienen múltiples consecuencias. Heridas que no se olvidarán nunca, pero, entre esas consecuencias, las heridas, cada cual, intentará curarselas a su manera, unos con menos implicación en la labor, menos compromiso, otros con bajas al primer resfriado... en fin, dicho en cinco palabras "vayan días y vengan ollas".
Es imprescindible un verdadero pacto por la justicia, entre todos, pero todos todos, o el barco se hunde más de lo que está hundido ya.
Parece mentira que quienes antes se sentaban en los estrados y ahora lo hacen o lo han hecho en los consejos de ministros o gobiernos autónomos, conocedores de primera mano de los problemas de la administración de justicia, apliquen o hayan aplicado una gestión tan nefasta en el octavo pais del mundo y con superavit económico.
