Hombres y pendientes.
Publicado: Mié 29 Ago 2012 6:02 pm
Una mañana , en un Despacho de Abogados, uno de los socios reparó que un colega, liberal-conservador en sus ideales políticos, de rancia moral victoriana, casado con hijos y para más señas del Atleti, apareció usando un pendiente en una de sus orejas.
Estuvo sorprendido toda la mañana y dudando si inmiscuirse en la intimidad de su compañero para saciar su curiosidad sobre algo que cuadraba tan poco en la personalidad de su colega. Al cabo de dos horas, aprovechando un receso en el trabajo, tomando un café, no pudo sujetar por más tiempo sus ansias y le preguntó a quemarropa:
- No sabía que te gustaran ese tipo de cosas -le comentó, señalándole con el dedo índice de su mano derecha hacia el pendiente.
Su compañero, resoplando, tras tomar un sorbo de su café, le contestó fijando su mirada en el suelo:
- ¡Ah!, No es nada especial, es sólo un pendiente.
Nuevamente sorprendido por la respuesta, deseando saber más al respecto, volvió a preguntarle:
- Y ¿desde cuándo lo usas?
Su compañero, mirándole ahora fijamente en busca de apoyo moral y casi lloroso, le dijo:
- ¡ Desde que mi mujer lo encontró en el coche, la semana pasada, y sólo se me ocurrió decirle que era mío!
Estuvo sorprendido toda la mañana y dudando si inmiscuirse en la intimidad de su compañero para saciar su curiosidad sobre algo que cuadraba tan poco en la personalidad de su colega. Al cabo de dos horas, aprovechando un receso en el trabajo, tomando un café, no pudo sujetar por más tiempo sus ansias y le preguntó a quemarropa:
- No sabía que te gustaran ese tipo de cosas -le comentó, señalándole con el dedo índice de su mano derecha hacia el pendiente.
Su compañero, resoplando, tras tomar un sorbo de su café, le contestó fijando su mirada en el suelo:
- ¡Ah!, No es nada especial, es sólo un pendiente.
Nuevamente sorprendido por la respuesta, deseando saber más al respecto, volvió a preguntarle:
- Y ¿desde cuándo lo usas?
Su compañero, mirándole ahora fijamente en busca de apoyo moral y casi lloroso, le dijo:
- ¡ Desde que mi mujer lo encontró en el coche, la semana pasada, y sólo se me ocurrió decirle que era mío!