Comentario 17-12-07. El Juez Bermudez exonerado.
Publicado: Mar 18 Dic 2007 11:00 am
Hemos asistido en estos días a la apertura de una "investigacion" por parte del Consejo sobre la posible comision de faltas disciplinarias por el Juez Bermudez y que de momento el Consejo ha archivado, estando pendiente de dilucidar si le sucedera algo a su mujer que tambien ostenta un cargo dependiente del Consejo.
Segun el diario ABC, estos son los pasajes mas polemicos del libro:
¿Estamos ante un caso de corporativismo judicial en esta absolucion, o era la medida mas razonable?.
No se que os parecera a vosotros. El libro no ha sido escrito por el Juez, y por tanto es dificil imputarle responsabilidad directa por lo que ha dicho. Al juez habria que buscarle las cosquillas por haber "revelado" datos secretos, pero realmente, siendo publicas las actuaciones, a lo sumo ha podido revelar aspectos internos de la deliberación del Tribunal y yo no creo que esto tenga la suficiente importancia como para abrir un procedimiento disciplinario, recordemos como libros anteriores como el de Gomez de Liaño inciden en esa misma linea. El derecho a la información puede amparar la revelacion de estos detalles menores.
Cuestion distinta, a mi juicio, es el tema de la oportunidad. Si el libro hubiera sido escrito por un tercero, la cosa seria ya poco oportuna, pero si encima es su mujer y trabaja en el gabinete de comunicacion de un alto Tribunal de Madrid, nombrada por el Consejo la cosa resulta cuando menos lamentable.
Mi opinion es que me parece imposible que alguien con un cargo tan relevante, y en el preciso momento en que esta en el foco de todos los medios de comunicacion, pueda cometer un error de este calibre, y no advertirlo por adelantado, granjeandose ademas la "enemiga" de buena parte de sus compañeros y probablemente tambien de la Fiscalia. Creo que falta "altura" en buena parte de los ciudadanos que rigen los destinos de este pais, porque una cosa asi, no se hace, aunque es de reconocer, que ha pagado y seguramente pagara un alto precio por ello.
Si me llama la atencion que la mujer del juez se sorprenda de que mucha gente sospeche de su marido por el mero hecho de que es de la APM y por ese solo dato le tomen por del PP y de derechas.
Lo cierto es que cuando un cuerpo no es capaz de tener una representacion unica o incluso multiple, pero centrada unicamente en lo profesional, y forma agrupaciones cuya nota identitaria no es la defensa de determinada posicion profesional, sino el compartir determinada ideologia politica, hay que pagar el precio de que la sociedad, la prensa y la clase politica te pongan una etiqueta, que no es otra que la que tu mismo has asumido, perdiendo con ello muchas posibilidades de defender lo mejor para tu profesión.
Los Secretarios sabemos bastante de esto ¿no creeis?
Saludos.
Segun el diario ABC, estos son los pasajes mas polemicos del libro:
El dia de la presentanción del libro reinaba el desconcierto. Alguno de los que iba a presentarlo desde la mesa no asistio. Otros finalmente intervinieron pero tambien dejaron caer alguna critica. La representacion de miembros de la carrera judicial se limito a amigos intimos del Juez Bermudez.Descalificaciones previas. «Cuanto más miraba la portada de la tal revista («El Siglo») más pensaba que si la cara es el espejo del alma -que con los años lo acaba siendo- nadie podría creer que una mirada tan clara y tan honesta pudiera cobijar al rastrero prevaricador que intentaban dibujar». (Página 24)
Sorpresa. «Hasta donde alcanzo a intuir todo lo oído y observado en esos días (los primeros del juicio) en los sectores gubernamentales y próximos, existía (...) sorpresa. No alcanzaban a saber si el traje de prejuicios que le habían tejido a este juez «ultraconservador» y «pepero» se había trocado en toga ante sus narices o si había algún tipo de gato encerrado. Es doloroso haber llegado al punto en el que la sospecha planea sobre los jueces, sobre su trabajo, su honestidad y su imparcialidad simplemente por el hecho de haber ejercitado una opción asociativa determinada (la Asociación Profesional de la Magistratura) para trabajar por un mejor panorama profesional» (Páginas 34 y 35).
Marejada en la Fiscalía. «No creo que esperara Olga Sánchez que no fuera su compañera María José Checa la que le acompañara en estrados para enfrentarse al juicio de su vida. Los equilibrios del fiscal jefe Zaragoza llegaron también al ala este situada junto a la pecera blindada. En lugar de Checa sería otro fiscal, Carlos Bautista (...). Para no dejarlo al margen, Zaragoza hizo acudir al juicio también varios días al teniente fiscal, Jesús Santos, que estuvo en los estrados pero no llegó a realizar ningún interrogatorio» (Páginas 37 y 38).
Operación Dátil. «La tarea del tribunal y la ponente (la excelente magistrada Ángela Murillo, culminó, pues, en el plazo previsto, aunque el caso instruido por el juez Garzón y defendido ante el tribunal por el fiscal Pedro Rubira se desinfló bastante».
«El primer problema con las pruebas por parte del tribunal se produjo al constatar que Baltasar Garzón había autorizado (...) una entrevista interrogatorio en prisión a Abdulla Khayata Kattan sin que estuviera presente su abogado».
«El tribunal tuvo que desechar, como completamente nula a efectos de prueba, la obtenida tomando como base «entrevistas» mantenidas por policías españoles en Guantánamo con Abderraman Ahmed, conocido como el «talibán español»».
«A pesar de lo dicho en esta sentencia (la de la «operación Dátil» que juzgó Bermúdez), tras la posterior entrega de Ahmed (...) por EE.UU., otro tribunal de la Audiencia Nacional presidido por Alfonso Guevara le condenó utilizando esas mismas pruebas a seis años de prisión (...). El TS (...) anuló tal condena al considerar que había un total vacío probatorio y que «existió una vulneración del derecho a la presunción de inocencia» (...) a la vez que dejaba claro que toda diligencia practicada desde que estuvo en Guantánamo hasta que fue entregado a España «debe ser declarada totalmente nula»». (Páginas 52 a 58).
Críticas a la instrucción. «Durante la mayor parte del tiempo, la instrucción del 11-M fue avanzando protegida por el secreto de sumario y el hermetismo del juez Del Olmo. Un muro que puede ser que favoreciera la investigación pero que, en mi opinión, también propició las dudas, agujeros, misterios y teorías que han acompañado al caso».
«En mi condición de comunicadora, no puedo por menos que considerar que una política comunicativa diferente, con mayor transparencia hasta donde lo jurídico lo hubiera soportado, y una menor patrimonialización del sumario por parte de las únicas personas que tenían acceso a él, hubiera producido condiciones menos proclives a la proliferación de teorías alternativas, dudas sobre las condiciones del procedimiento e, incluso, posteriores juicios paralelos».
«Del Olmo, por una parte, sostenía que todo estaba ya claro, investigado y que le «quedaban flecos» (...) y, sin embargo, no procesaba».
«Así pues, el informe que Gómez Bermúdez envió a Dívar proponía conceder dos meses improrrogables de dedicación exclusiva a Del Olmo en los que éste debía dar cuenta cada quince días del estado de la instrucción al presidente Dívar. La condición era que en ese plazo se dictara auto de procesamiento y que se resolvieran los recursos para poder enviar el procedimiento a la Sala» (Páginas 65 a 70).
Excarcelación de El Harrak. «El juez explicaba que la excarcelación fue debida a un error de Del Olmo -que inscribió como fecha de privación de libertad el 16 de mayo en lugar del 6-, aunque hacía referencia también a la inactividad de las partes acusadoras, una veintena -incluida la fiscal, que no había solicitado la prórroga de prisión-, y al hecho de no haber seguido las recomendaciones -de voluntario cumplimiento- que para el control de los presos preventivos fueron dictadas en noviembre de 2004». (Páginas 77 y 78)
Caso De Mera. «A Gómez Bermúdez lo que de verdad le preocupaba -y lo dijo bien claro varias veces durante el incidente- eran las consecuencias para el procedimiento. El resto, la necesidad de deducir testimonio por un presunto delito cometido ante sus narices, eso no le quitó el sueño ni un segundo» (Página 113).
Declaración de las víctimas. «El juez Guevara y el juez García Nicolás le significaron al presidente del tribunal que, en su opinión, debería haber cortado la parte final de la declaración de los testigos. Bermúdez les contestó que esa decisión no era jurisdiccional, sino de policía de estrados y que, por tanto, no correspondía adoptarla al tribunal en su conjunto» (Página 129).
Testimonio de los etarras. «El tribunal sabía desde el principio que estas declaraciones no aportaban nada al proceso. Se admitieron (...) para que nadie viera menoscabado su derecho de defensa» (Página 150).
Exhumar cadáveres. «Olga Sánchez: «Javier, estoy preocupadísima con el tema que he visto hoy en prensa, esa burrada de que se pidan exhumaciones...». Gómez Bermúdez: «Chiquilla, olvídate de todo lo que publica la prensa. Tienes que tomártelo todo con un poco de tranquilidad»(...). Tómatelo con calma porque no puedes estar al pairo de todo lo que a alguien se le ocurra publicar» (Página 158).
Esquizofrenia procesal. Bermúdez, a su mujer: «Aquí se han querido saltar todos los filtros. Han pretendido decir «queremos saber» en el juicio oral cuando, si existe una convicción de que hay base para otra acusación distinta, lo que hay que hacer es ir a la primera casilla (presentar una querella en el juzgado de instrucción competente). Si no se va a la casilla de salida es porque, realmente, los que saben Derecho tienen claro que no tienen nada que llevar en ese momento a esa casilla y así lo único que hacen es enlodar el procedimiento» (Página 166).
La pericial. «Aunque hubiera sido mejor una determinación exacta y sin discusiones desde el principio o, incluso, haber contado con más material para efectuarla después, no era apropiado pensar que toda una construcción jurídica dependiera exclusivamente de poner un nombre comercial al explosivo» (Página 187).
Informe de Olga Sánchez. «La habilidad táctica brilló por su ausencia y la forma de encarar la cuestión le llevó por senderos inhábiles en una sala de vistas».
«La Fiscalía no puede negar haber sido tibia en su interpretación de este artículo (el 215 del CP, que le permite actuar de oficio en caso de agresiones a jueces o fiscales en el ejercicio de sus funciones), puesto que no se conoce procedimiento iniciado de oficio por este motivo» (Páginas 217 y 218).
El libro, por lo demás, recoge múltiples referencias a los medios de comunicación, algunas muy críticas, sobre todo con aquellos que sostuvieron «teorías alternativas».
¿Estamos ante un caso de corporativismo judicial en esta absolucion, o era la medida mas razonable?.
No se que os parecera a vosotros. El libro no ha sido escrito por el Juez, y por tanto es dificil imputarle responsabilidad directa por lo que ha dicho. Al juez habria que buscarle las cosquillas por haber "revelado" datos secretos, pero realmente, siendo publicas las actuaciones, a lo sumo ha podido revelar aspectos internos de la deliberación del Tribunal y yo no creo que esto tenga la suficiente importancia como para abrir un procedimiento disciplinario, recordemos como libros anteriores como el de Gomez de Liaño inciden en esa misma linea. El derecho a la información puede amparar la revelacion de estos detalles menores.
Cuestion distinta, a mi juicio, es el tema de la oportunidad. Si el libro hubiera sido escrito por un tercero, la cosa seria ya poco oportuna, pero si encima es su mujer y trabaja en el gabinete de comunicacion de un alto Tribunal de Madrid, nombrada por el Consejo la cosa resulta cuando menos lamentable.
Mi opinion es que me parece imposible que alguien con un cargo tan relevante, y en el preciso momento en que esta en el foco de todos los medios de comunicacion, pueda cometer un error de este calibre, y no advertirlo por adelantado, granjeandose ademas la "enemiga" de buena parte de sus compañeros y probablemente tambien de la Fiscalia. Creo que falta "altura" en buena parte de los ciudadanos que rigen los destinos de este pais, porque una cosa asi, no se hace, aunque es de reconocer, que ha pagado y seguramente pagara un alto precio por ello.
Si me llama la atencion que la mujer del juez se sorprenda de que mucha gente sospeche de su marido por el mero hecho de que es de la APM y por ese solo dato le tomen por del PP y de derechas.
Lo cierto es que cuando un cuerpo no es capaz de tener una representacion unica o incluso multiple, pero centrada unicamente en lo profesional, y forma agrupaciones cuya nota identitaria no es la defensa de determinada posicion profesional, sino el compartir determinada ideologia politica, hay que pagar el precio de que la sociedad, la prensa y la clase politica te pongan una etiqueta, que no es otra que la que tu mismo has asumido, perdiendo con ello muchas posibilidades de defender lo mejor para tu profesión.
Los Secretarios sabemos bastante de esto ¿no creeis?
Saludos.