¿ Secretario Judicial o CAPATAZ del Juez?
Publicado: Mié 28 Mar 2007 3:10 am
El CGPJ se opone a la reforma de la oficina judicial que atribuye la dirección del proceso al Secretario Judicial. Parece que ésta es la visión que tiene de un Juzgado:
"Capataz, encargado, supervisor y cuantos sinónimos queramos usar, el capataz es el responsable de que cualquier trabajo o tarea se realice de la mejor forma posible. Es el eslabón entre el patrón y los obreros.
El capataz fue creado para transmitir más eficazmente las órdenes ejecutivas sobre un grupo de personas a las que se suponía torpes o limitadas, y posiblemente siempre se elegía para esta función al más hábil o más inteligente. Intentar saber cuándo nació esta función sería adentrarnos en la noche de los tiempos, quizá fuese anterior a la revolución neolítica, quizá cuando la sociedad empezó a estructurarse como tal, pero, como lo conocemos hoy, posiblemente empezó con la revolución industrial y la proletarización de la sociedad.
Exponer la evolución del capataz a través del tiempo supondría escribir casi una Biblia, ya que es una de las figuras de la estratificación laboral ya presente en el antiguo Egipto, aunque sus funciones y el grado de implicación han ido adaptándose a través del tiempo y de las circunstancias.
No se le puede negar la gran responsabilidad que asume ni la importancia que tiene su función.
Ahora bien, en nuestros días, el sistema y modos que ejerce el capataz no son más que el prolongado brazo del autoritarismo que crece en el jardín de nuestra convivencia laboral. Si cada cual supiera de sus derechos y de sus obligaciones, la sociedad pasaría del capataz, del encargado o del revisor. Pero la delegación de funciones y de responsabilidades alcanza cotas alarmantes, todo en detrimento de nuestra propia personalidad. Hoy, parece que, según la estructura laboral que se quiere diseñar, la función del revisor, o/y, del revisor de los revisores sobrepasa con mucho al equipo de trabajo, tanto en una obra como en un hospital o en una oficina. Se quiere controlar tanto la base que los diseñadores del trabajo crean hasta el infinito cargos de vigilancia que, a la postre, no hacen más que encarecer la producción.
Posiblemente, el origen fue justo, escoger del conjunto el más dinámico para que organizara y supervisara el trabajo del grupo, aportando su consenso. Si lo hacía bien, se le emplazaba para repetir su gestión y queda en un eslabón más elevado de la cadena social. Con el tiempo, se institucionalizó y, posteriormente, se hizo imprescindible para cualquier trabajo formalizado, imprescindible, está claro, en una sociedad estratificada y competitiva. Se han dejado de repartir responsabilidades y de exigirlas, de ahí tanta abulia y superficialidad, "ya me resolverá los problemas alguien".
Siempre ha habido gente más hábil que otra, más voluntariosa, más abnegada, pero una cosa es trabajar o relacionarse con armonía, respeto y mutua aceptación y otra convertirse en el brazo despótico de unas órdenes diseñadas y planificadas lejos del área del trabajo y que, la mayoría de las veces, son un auténtico contrasentido con relación a la labor que se pretende realizar.
El truco estriba en que el capataz piense que está por encima del grupo al que manda por su capacidad y no por el despotismo que ejerce, aunque se le diga "autoridad". Al mismo tiempo, con esa figura se incrementa falsamente una clase media que dirige, manda y corta por donde le place... al patrón."
( http://www.periodicocnt.org/279may2002/ ... ndex.htm#2 )
"Capataz, encargado, supervisor y cuantos sinónimos queramos usar, el capataz es el responsable de que cualquier trabajo o tarea se realice de la mejor forma posible. Es el eslabón entre el patrón y los obreros.
El capataz fue creado para transmitir más eficazmente las órdenes ejecutivas sobre un grupo de personas a las que se suponía torpes o limitadas, y posiblemente siempre se elegía para esta función al más hábil o más inteligente. Intentar saber cuándo nació esta función sería adentrarnos en la noche de los tiempos, quizá fuese anterior a la revolución neolítica, quizá cuando la sociedad empezó a estructurarse como tal, pero, como lo conocemos hoy, posiblemente empezó con la revolución industrial y la proletarización de la sociedad.
Exponer la evolución del capataz a través del tiempo supondría escribir casi una Biblia, ya que es una de las figuras de la estratificación laboral ya presente en el antiguo Egipto, aunque sus funciones y el grado de implicación han ido adaptándose a través del tiempo y de las circunstancias.
No se le puede negar la gran responsabilidad que asume ni la importancia que tiene su función.
Ahora bien, en nuestros días, el sistema y modos que ejerce el capataz no son más que el prolongado brazo del autoritarismo que crece en el jardín de nuestra convivencia laboral. Si cada cual supiera de sus derechos y de sus obligaciones, la sociedad pasaría del capataz, del encargado o del revisor. Pero la delegación de funciones y de responsabilidades alcanza cotas alarmantes, todo en detrimento de nuestra propia personalidad. Hoy, parece que, según la estructura laboral que se quiere diseñar, la función del revisor, o/y, del revisor de los revisores sobrepasa con mucho al equipo de trabajo, tanto en una obra como en un hospital o en una oficina. Se quiere controlar tanto la base que los diseñadores del trabajo crean hasta el infinito cargos de vigilancia que, a la postre, no hacen más que encarecer la producción.
Posiblemente, el origen fue justo, escoger del conjunto el más dinámico para que organizara y supervisara el trabajo del grupo, aportando su consenso. Si lo hacía bien, se le emplazaba para repetir su gestión y queda en un eslabón más elevado de la cadena social. Con el tiempo, se institucionalizó y, posteriormente, se hizo imprescindible para cualquier trabajo formalizado, imprescindible, está claro, en una sociedad estratificada y competitiva. Se han dejado de repartir responsabilidades y de exigirlas, de ahí tanta abulia y superficialidad, "ya me resolverá los problemas alguien".
Siempre ha habido gente más hábil que otra, más voluntariosa, más abnegada, pero una cosa es trabajar o relacionarse con armonía, respeto y mutua aceptación y otra convertirse en el brazo despótico de unas órdenes diseñadas y planificadas lejos del área del trabajo y que, la mayoría de las veces, son un auténtico contrasentido con relación a la labor que se pretende realizar.
El truco estriba en que el capataz piense que está por encima del grupo al que manda por su capacidad y no por el despotismo que ejerce, aunque se le diga "autoridad". Al mismo tiempo, con esa figura se incrementa falsamente una clase media que dirige, manda y corta por donde le place... al patrón."
( http://www.periodicocnt.org/279may2002/ ... ndex.htm#2 )