¿Necesitamos más poder judicial o menos?
Publicado: Sab 29 Jul 2017 5:05 pm
Retomando el tema del clásico dilema de quien vigila a los vigilantes, me planteo una reflexión en torno al problema de si el peso del poder judicial y de la judicatura que lo encarna, cuyos miembros no son elegidos democráticamente, es el correcto en el caso de nuestro país, esta hipertrofiado o aparece como capitidisminuido por la labor de zapa del poder ejecutivo.
De entrada mi impresión es que este problema difícilmente tendrá una solución unívoca, es decir, habrá países con poca tradición democrática, donde la tendencia del ejecutivo a abusar del propio sistema democrático puede hacer conveniente una mayor presencia del estamento judicial como contrapeso, y otros donde tras muchos años de correcto ejercicio del poder y de tradición escrupulosa de respeto de las leyes, tanto por los políticos como por los jueces y los ciudadanos, el sistema judicial sea un ultimo recurso para dirimir los conflictos y no un tatami mas donde intentar ganar lo que se pudo conseguir en las urnas o desde las administraciones publicas.
Vista la tradición democrática española, o mas bien la falta de tradición en este ámbito, creo que lamentablemente España ha de posicionarse mas cerca del primero grupo que del segundo, y por lo tanto es importante que el Poder Judicial tenga la suficiente independencia como para poder constituirse en un ancla que dificulte los excesos de la política, no en vano la democracia parece haberse convertido más bien en una especie de dictadura de las mayorías, de tal suerte que basta con contar en cualquier órgano ejecutivo o legislativo con un voto mas que el oponente, para imponerle o tratar de imponerle su voluntad, incluso directamente contralegem, con total independencia de a que porcentaje real de ciudadanos representa esa mayoría de votos que no de apoyos.
La cuestión es cuanta independencia y en este ámbito hay varios planos:
a) El plano del Juez individual. En este caso se cuenta con una independencia a mi parecer excesiva, por cuanto no existen o no funcionan mecanismos eficaces que depuren los abusos en el ejercicio de la funcion jurisdiccional que si existen en otros países y porque las leyes estan hechas de pena y dejan demasiado terreno al arbitrio judicial.
b) El plano del Consejo General del Poder Judicial. En este caso mi impresión es que se cuenta con una independencia insuficiente, en especial en lo económico y organizativo, al mediatizar en parte las cosas el Ministerio y los Gobiernos autonomicos, y al mismo tiempo no existen o no funcionan mecanismos de corrección de los excesos cometidos en el ejercicio de las funciones propias del Consejo.
c) El plano del Tribunal Constitucional, el más dificil si cabe, con Jueces controlando la labor parlamentaria, pero a la vez elegidos por el Parlamento. Es algo que no esta bien resuelto en ningun país, probablemente porque es imposible, pero a mi parecer aquí por un lado falta independencia, porque los nombramientos estan demasiado mediatizados y hay excesos en el ejercicio de su labor, porque no hay vigilante superior que vigile a este vigilante y la Ley Organica del Tribunal Constitucional y la propia legislación general, dan pie al no estar bien hechas a que haya demasiado campo discrecional a su disposición.
d) El plano de los medios materiales y humanos: Aquí a mi parecer es clara la falta de atribución de un porcentaje fijo del presupuesto nacional, y la continua introducción de zancadillas desde la administración para no dejarle trabajar (NOJ, expediente digital, dependencia de Consejo, Ministerio y CCAA etc.) y por lo tanto se socava de modo indirecto el ejercicio de la función a aquel encomendada.
Si este planteamiento es correcto, el problema es complejo porque no se puede responder a la pregunta con un sí, o con un no, sino con un depende. Depende del país, depende de la cuestión de que se trate, depende de a que parte del “Poder Judicial” nos refiramos… y la única conclusión que se me ocurre, es que habría que arreglar muchas cosas, pero sin partir de una premisa previa de aumentar o reducir dicha independencia, sino mas bien, compartimentalizando la realidad primero, tratando de mejorar cada una de sus partes, y luego viendo el juego conjunto de todas las modificaciones hechas para poder volver al calibrar el sistema en su conjunto, y una vez equilibrado y mejorado, esperar que con los años, se pueda recortar un poco el exceso de independencia judicial que seguramente ahora se necesita, una vez normalizada la situacion.
Ahí os dejo la reflexión.
De entrada mi impresión es que este problema difícilmente tendrá una solución unívoca, es decir, habrá países con poca tradición democrática, donde la tendencia del ejecutivo a abusar del propio sistema democrático puede hacer conveniente una mayor presencia del estamento judicial como contrapeso, y otros donde tras muchos años de correcto ejercicio del poder y de tradición escrupulosa de respeto de las leyes, tanto por los políticos como por los jueces y los ciudadanos, el sistema judicial sea un ultimo recurso para dirimir los conflictos y no un tatami mas donde intentar ganar lo que se pudo conseguir en las urnas o desde las administraciones publicas.
Vista la tradición democrática española, o mas bien la falta de tradición en este ámbito, creo que lamentablemente España ha de posicionarse mas cerca del primero grupo que del segundo, y por lo tanto es importante que el Poder Judicial tenga la suficiente independencia como para poder constituirse en un ancla que dificulte los excesos de la política, no en vano la democracia parece haberse convertido más bien en una especie de dictadura de las mayorías, de tal suerte que basta con contar en cualquier órgano ejecutivo o legislativo con un voto mas que el oponente, para imponerle o tratar de imponerle su voluntad, incluso directamente contralegem, con total independencia de a que porcentaje real de ciudadanos representa esa mayoría de votos que no de apoyos.
La cuestión es cuanta independencia y en este ámbito hay varios planos:
a) El plano del Juez individual. En este caso se cuenta con una independencia a mi parecer excesiva, por cuanto no existen o no funcionan mecanismos eficaces que depuren los abusos en el ejercicio de la funcion jurisdiccional que si existen en otros países y porque las leyes estan hechas de pena y dejan demasiado terreno al arbitrio judicial.
b) El plano del Consejo General del Poder Judicial. En este caso mi impresión es que se cuenta con una independencia insuficiente, en especial en lo económico y organizativo, al mediatizar en parte las cosas el Ministerio y los Gobiernos autonomicos, y al mismo tiempo no existen o no funcionan mecanismos de corrección de los excesos cometidos en el ejercicio de las funciones propias del Consejo.
c) El plano del Tribunal Constitucional, el más dificil si cabe, con Jueces controlando la labor parlamentaria, pero a la vez elegidos por el Parlamento. Es algo que no esta bien resuelto en ningun país, probablemente porque es imposible, pero a mi parecer aquí por un lado falta independencia, porque los nombramientos estan demasiado mediatizados y hay excesos en el ejercicio de su labor, porque no hay vigilante superior que vigile a este vigilante y la Ley Organica del Tribunal Constitucional y la propia legislación general, dan pie al no estar bien hechas a que haya demasiado campo discrecional a su disposición.
d) El plano de los medios materiales y humanos: Aquí a mi parecer es clara la falta de atribución de un porcentaje fijo del presupuesto nacional, y la continua introducción de zancadillas desde la administración para no dejarle trabajar (NOJ, expediente digital, dependencia de Consejo, Ministerio y CCAA etc.) y por lo tanto se socava de modo indirecto el ejercicio de la función a aquel encomendada.
Si este planteamiento es correcto, el problema es complejo porque no se puede responder a la pregunta con un sí, o con un no, sino con un depende. Depende del país, depende de la cuestión de que se trate, depende de a que parte del “Poder Judicial” nos refiramos… y la única conclusión que se me ocurre, es que habría que arreglar muchas cosas, pero sin partir de una premisa previa de aumentar o reducir dicha independencia, sino mas bien, compartimentalizando la realidad primero, tratando de mejorar cada una de sus partes, y luego viendo el juego conjunto de todas las modificaciones hechas para poder volver al calibrar el sistema en su conjunto, y una vez equilibrado y mejorado, esperar que con los años, se pueda recortar un poco el exceso de independencia judicial que seguramente ahora se necesita, una vez normalizada la situacion.
Ahí os dejo la reflexión.