Sí, debe dimitir. Yo me tragué entera su primera comparecencia en el Congreso de Diputados, aquella en la que explicaba las líneas maestras de su gobierno, y entonces le dí el voto de confianza.
Hoy tengo que decir que comparo lo que dijo que iba a hacer y lo que ha hecho y esto no lo reconoce ni la madre que lo

.
Ya no es que todo el mundo esté cabreado con él ( incluso colectivos que históricamente nunca se habían pronunciado ni a favor ni en contra de las decisiones de un Ministro de Justicia), o que no haya cumplido algo o nada de lo que prometió.
No es eso, es otra cosa. Es que su ambición, su egocentrismo y esa manía de darle la vuelta a todo para que nada funcione no es buena para nada. Bueno, sí, para pasar a los anales de la historia sí, pero no por los motivos que él pretende.
No lo ha hecho bien, no ha estado bien asesorado y no ha puesto el servicio público y la eficiencia y calidad del mismo por delante. Y mira que tenía por delante un reto bonito en un momento coyuntural importante. Pues no, oiga.
El aborto, las tasas, los tirones de oreja desde Europa con tantas cosas, la justicia gratuita, el registro civil, los anteproyectos, las leyes infames que hemos visto nacer, la pésima técnica legislativa, los anuncios cortinas de humo más ridículos que otra cosa...en fin, que no lo ha hecho bien o por lo menos, lo que ha hecho es muy mejorable.
Pero no va a dimitir, porque en este país Dimitir es un nombre ruso

. Ni después de la consulta soberanista, ni por las elecciones ni nada. Y si lo hace, será por irse a otro destino mejor, no por conciencia.
Es una persona políticamente ambiciosa, y quiere seguir hasta el final, hasta que concluya su empresa. Ya van varias veces que lanza la amenaza velada de irse para que le hagan caso, pero me parece una actitud francamente infantil. O sale mi proyecto o me enfado y no respiro si no tengo el apoyo de mi gente, que yo lo valgo.
Pues no sé si lo tendrá o no, y me encantaría que fuera coherente con lo que dice, pero algo me dice que no...