"A cada ser su colorida ropa viste la luz"
Publicado: Mié 16 Abr 2014 2:24 pm
Tremendo, como ya se había comentado en este foro, todo el asunto del decoro en el vestir de las gentes de dudoso pelaje que poblamos las catacumbas de la Justicia...
http://sociedad.elpais.com/sociedad/201 ... 73065.html
Transcribo el comienzo del artículo, pues es en él donde se hace mayor referencia a los Secretarios, pero recomiendo su lectura íntegra...
Dicen que una buena capa todo lo tapa. Y si es una buena toga negra de alpaca, con sus mangas abullonadas, sus solapas satinadas y sus faldones hasta los tobillos, ya puede ir uno de trapillo debajo, que por fuera transmite el empaque y la solemnidad que se les supone a los profesionales de la Justicia. O no. Al ministro Alberto Ruiz-Gallardón parece que no le basta. Al menos, no en el caso de los secretarios judiciales.
Estos altos empleados públicos, pertenecientes al grupo A1, con rango de autoridad, tratamiento de “señoría” y el deber del uso de la toga en sala estarán obligados, como el resto de funcionarios de la Administración de Justicia, a “vestir y comportarse con el decoro adecuado a la función que desempeñan”. Así lo estipula el anteproyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial, aprobado el pasado 4 de abril por el Consejo de Ministros, y que establece también la correspondiente sanción —desde el apercibimiento a una multa de hasta 600 euros— por falta leve para aquellos que los incumplan. El texto, sin embargo, no estipula nada respecto al vestuario de jueces y fiscales. A lo que se ve, a ellos el decoro en el vestir se les supone.
La novedad —hasta ahora no había nada escrito al respecto— ha provocado primero la incredulidad, y después la indignación de los colectivos afectados. Tanto los secretarios judiciales como los funcionarios de Justicia se declaran “ofendidos”. Profesional y hasta personalmente.
“Nos están faltando al respeto”, estima Carlos Arcal, de 50 años, secretario del juzgado de primera instancia número 17 de Zaragoza y portavoz de la Unión Progresista de Secretarios Judiciales. “Presidimos subastas, señalamos vistas, dirigimos oficinas judiciales. Tenemos un prestigio ganado a pulso, y esta ocurrencia lo tira por tierra. Nos obliga a vestir con decoro, como si necesitáramos que nos lo recordaran y como si a alguien se le ocurriera venir a trabajar en traje de baño. Lo que se trasluce es la visión trasnochada, rancia, decimonónica de la Justicia que tiene este ministro. El mismo concepto decoro es de otra época. Parece como si Gallardón viviera en una realidad paralela. Además, resulta doblemente ofensivo cuando no le pide lo mismo a jueces y fiscales, como si, ellos sí, estuvieran por encima del bien y del mal”.
Y como aficionado a las citas célebres que soy, además del homenaje que en el título hago a Jacques Delille, poeta francés del siglo XVIII, creo que una reflexión de Albert Einstein nos viene que ni pintada no sólo para este caso, si no también para esta profesión nuestra tan denostada:
La mayoría de la gente se avergüenza de la ropa raída y de los muebles destartalados, pero más debería ruborizarse de las ideas nocivas y de las filosofías gastadas.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/201 ... 73065.html
Transcribo el comienzo del artículo, pues es en él donde se hace mayor referencia a los Secretarios, pero recomiendo su lectura íntegra...
Dicen que una buena capa todo lo tapa. Y si es una buena toga negra de alpaca, con sus mangas abullonadas, sus solapas satinadas y sus faldones hasta los tobillos, ya puede ir uno de trapillo debajo, que por fuera transmite el empaque y la solemnidad que se les supone a los profesionales de la Justicia. O no. Al ministro Alberto Ruiz-Gallardón parece que no le basta. Al menos, no en el caso de los secretarios judiciales.
Estos altos empleados públicos, pertenecientes al grupo A1, con rango de autoridad, tratamiento de “señoría” y el deber del uso de la toga en sala estarán obligados, como el resto de funcionarios de la Administración de Justicia, a “vestir y comportarse con el decoro adecuado a la función que desempeñan”. Así lo estipula el anteproyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial, aprobado el pasado 4 de abril por el Consejo de Ministros, y que establece también la correspondiente sanción —desde el apercibimiento a una multa de hasta 600 euros— por falta leve para aquellos que los incumplan. El texto, sin embargo, no estipula nada respecto al vestuario de jueces y fiscales. A lo que se ve, a ellos el decoro en el vestir se les supone.
La novedad —hasta ahora no había nada escrito al respecto— ha provocado primero la incredulidad, y después la indignación de los colectivos afectados. Tanto los secretarios judiciales como los funcionarios de Justicia se declaran “ofendidos”. Profesional y hasta personalmente.
“Nos están faltando al respeto”, estima Carlos Arcal, de 50 años, secretario del juzgado de primera instancia número 17 de Zaragoza y portavoz de la Unión Progresista de Secretarios Judiciales. “Presidimos subastas, señalamos vistas, dirigimos oficinas judiciales. Tenemos un prestigio ganado a pulso, y esta ocurrencia lo tira por tierra. Nos obliga a vestir con decoro, como si necesitáramos que nos lo recordaran y como si a alguien se le ocurriera venir a trabajar en traje de baño. Lo que se trasluce es la visión trasnochada, rancia, decimonónica de la Justicia que tiene este ministro. El mismo concepto decoro es de otra época. Parece como si Gallardón viviera en una realidad paralela. Además, resulta doblemente ofensivo cuando no le pide lo mismo a jueces y fiscales, como si, ellos sí, estuvieran por encima del bien y del mal”.
Y como aficionado a las citas célebres que soy, además del homenaje que en el título hago a Jacques Delille, poeta francés del siglo XVIII, creo que una reflexión de Albert Einstein nos viene que ni pintada no sólo para este caso, si no también para esta profesión nuestra tan denostada:
La mayoría de la gente se avergüenza de la ropa raída y de los muebles destartalados, pero más debería ruborizarse de las ideas nocivas y de las filosofías gastadas.