Me parece a mi que si seguimos destruyendo el principio de autoridad aqui no va a quedar piedra sobre piedra.
Tenemos un articulo en el codigo que castiga a los que cometan injurias contra la corona.
La caricatura es esta:
Es facil intuir como en la expresion "igualdad de condiciones" se esta dando a entender que el rey es un borrachin, concepto que se refuerza con la imagen o, cuando menos, un tonto de feria.
Los "argumentos" del juez Marlaska, podeis seguirlos en esta direccion:
Bueno, que quieres esperar, de estas cosas.Mas grave fue la sentencia de la Audiencia de Barcelona, que ha impuesto penas ridiculas, alos que han dejado en coma permanente a un guardia urbana, en un desalojo okupa.O el del juez que condedno solo a 18 meses al tal Farruquito,y ejemplos hay mas.
En el fondo Carlos, es una cuestion que con caso como este, de debatir en la sociedad que tipo de juez es necesario. Si el actual fruto de una carrera burocratica, que actua como funcionario solo que con un cierto poder, o queremos uan clase judicial desligada del actual concepto, y que actue como juez de verdad.
Esto solo se consigue cambiando en profundidad el acceso a la carrera judicial, y nombrando jueces que sean mas proclives a las sensibilidades sociales.Y esto pasa por reclutar a los mismos, entre las diveras profesiones juridiccas, exigiendo uan edad relativamente alta para ejercer funciones judiciales (minimo 30 años de edad ), en existir la posibilidad de que los parlamentos como organos de la soberania popular puedan exigir responsabilidades a los jueces por sus actuaciones, en definitiva algo nuevo.Creo que es un debate de futuro y muy interesante.
Primero, por simpatía hacía el oso Mitrofan. Leyendo en internet la versión inglesa de varios periódicos rusos está claro que al oso lo emborracharon y el pobre no tuvo opción.
Segundo, porque creo que de haber seguido el procedimiento hubiera sido peor el remedio que la enfermedad. A las caricaturas del jueves me remito.
Tercero, son gajes del oficio. Basta ver la crítica descarnada y feroz que se le hace en medios ingleses a los Windsor, lo que no impide que la mayoría de la población británica sea monárquica.