por Leporello » Sab 10 Nov 2007 1:28 am
Jurista: Se agradece el ánimo de disculparse, aunque a mí más que sensación de ofensa tu comentario acerca de los picapleitos muertos de hambre más bien me ha deprimido.
No sé cuánto gana un Secretario o un Gestor. Desde luego, hasta donde se me alcanza, será más de lo que ganan muchos abogados (la gran masa anónima) de los despachos que citas.
Uno se decanta por la práctica forense y por el ejercicio independiente (asociado o no, pero no subordinado) por un cúmulo de motivos, no únicamente una expectativa económica (perfectamente admisible y respetable). Tras sopesar las propias virtudes y defectos, cada uno ha tomado sus decisiones.
Para poder tirar adelante un despacho, quien da sus primeros pasos debe forzosamente aceptar casos de poca monta (siempre aparente, porque nadie ignora que al justiciable su caso, aun ínfimo, le suele obsesionar). Y seguir aceptándolos durante bastante tiempo, junto a otros de mayor enjundia, para poder pagar los gastos, formar al pasante y conseguir que sea él quien se bregue en juicios de faltas, se queme las pestañas tratando de encontrar resquicios en las alcoholemias y conozca a fondo la realidad paralela de las ejecuciones. Es un proceso que lleva lustros, especialmente si se parte de cero. Nada, en todo caso, que no sepas.
Hay quien se especializa más o y quien menos. Todo el mundo se especializa algo, incluso en ejercer en partidos pequeños donde hay que hacer un poco de todo.
Poder pagar las nóminas a fin de mes, permitirse condonar algunas deudas a clientes en situaciones difíciles y satisfacer la contribución justifican sobradamente, en todo caso, la aceptación de cualquier monitorio viable. O divorcio de mutuo acuerdo (y al hilo de esto último, añado que gran parte de trabajo del picapleitos carpanta no se realiza ante el tribunal, sino componiendo previamente a las partes o al justiciable consigo mismo).
Si de lo que se trataba era de ganar cantidades respetables de dinero, entonces quizá la mejor opción no era ni la función pública ni la abogacía forense: Cuánto mejor haber optado por las finanzas, el show-business o la notaría.
En todo caso tengo varios juicios por alcoholemia en ciernes. Nada me deprime más que entrar en la sala y pensar que el juez o el secretario están pensando para sí, mientras ocupo mi asiento: "Hete aquí a otro picapleitos muerto de hambre". Desde luego, si lo hubiera pensado durante estos años, habría colgado la toga y me hubera dedicado a otra cosa. Quizá a intentar ganar dinero a espuertas.
Mañana mismo veto al pasante el acceso a este foro. Que no se me deprima.
Leporello
Jurista: Se agradece el ánimo de disculparse, aunque a mí más que sensación de ofensa tu comentario acerca de los picapleitos muertos de hambre más bien me ha deprimido.
No sé cuánto gana un Secretario o un Gestor. Desde luego, hasta donde se me alcanza, será más de lo que ganan muchos abogados (la gran masa anónima) de los despachos que citas.
Uno se decanta por la práctica forense y por el ejercicio independiente (asociado o no, pero no subordinado) por un cúmulo de motivos, no únicamente una expectativa económica (perfectamente admisible y respetable). Tras sopesar las propias virtudes y defectos, cada uno ha tomado sus decisiones.
Para poder tirar adelante un despacho, quien da sus primeros pasos debe forzosamente aceptar casos de poca monta (siempre aparente, porque nadie ignora que al justiciable su caso, aun ínfimo, le suele obsesionar). Y seguir aceptándolos durante bastante tiempo, junto a otros de mayor enjundia, para poder pagar los gastos, formar al pasante y conseguir que sea él quien se bregue en juicios de faltas, se queme las pestañas tratando de encontrar resquicios en las alcoholemias y conozca a fondo la realidad paralela de las ejecuciones. Es un proceso que lleva lustros, especialmente si se parte de cero. Nada, en todo caso, que no sepas.
Hay quien se especializa más o y quien menos. Todo el mundo se especializa algo, incluso en ejercer en partidos pequeños donde hay que hacer un poco de todo.
Poder pagar las nóminas a fin de mes, permitirse condonar algunas deudas a clientes en situaciones difíciles y satisfacer la contribución justifican sobradamente, en todo caso, la aceptación de cualquier monitorio viable. O divorcio de mutuo acuerdo (y al hilo de esto último, añado que gran parte de trabajo del picapleitos carpanta no se realiza ante el tribunal, sino componiendo previamente a las partes o al justiciable consigo mismo).
Si de lo que se trataba era de ganar cantidades respetables de dinero, entonces quizá la mejor opción no era ni la función pública ni la abogacía forense: Cuánto mejor haber optado por las finanzas, el show-business o la notaría.
En todo caso tengo varios juicios por alcoholemia en ciernes. Nada me deprime más que entrar en la sala y pensar que el juez o el secretario están pensando para sí, mientras ocupo mi asiento: "Hete aquí a otro picapleitos muerto de hambre". Desde luego, si lo hubiera pensado durante estos años, habría colgado la toga y me hubera dedicado a otra cosa. Quizá a intentar ganar dinero a espuertas.
Mañana mismo veto al pasante el acceso a este foro. Que no se me deprima.
Leporello